Motocicletas
y vehículos retenidos por la Dirección General de Seguridad de Tránsito y
Transporte (Digesett), en el denominado El Canódromo, en el sector Los
Girasoles, en las afueras de la capital.
Escribe Freddy
Medrano
Editor
SANTO DOMINGO OESTE (EXCLUSIVO).- Las arbitrariedades y los abusos, que a diario cometen los agentes de
la Dirección General de Tránsito Terrestre (Digesett) contra los conductores,
tienen como colofón “el depósito de vehículos” conocido coincidencialmente con del
canódromo, en el sector Los Girasoles, a las afueras de la capital.
En
el lugar, los vehículos y motocicletas retenidas se cuentan por montones, en la
mayoría de los casos, equipos que por el largo tiempo que han permanecido allí,
no les queda otro destino que no sea la destrucción en cualquier empresa moledora
de metales.
Cuando
un conductor se ve involucrado en un accidente de tránsito, donde se registran
heridos, el vehículo, en la mayoría de las veces, es llevado al canódromo, el
inicio de un largo viacrucis para el propietario del automóvil.
Agentes
de la Digesett, indisciplinados, reciben a los conductores con palabras burlescas
y con acciones de dejadez cuando los involucrados en un accidente reclaman
resolver su caso.
Están
frescas en la memoria de la población las agresiones y atropellos propiciados
por los agentes de la Digesett contra el Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, el
año pasado cuando acudió a exigir una explicación sobre la retención de automóviles
y motocicletas.
La
situación no ha cambiado.
Para
poder retirar un vehículo del canódromo, hay que confesarse con el Diablo.
Trámites
burocráticos inútiles, vejaciones contra conductores de parte de los agentes, trabas
mentalmente diseñadas, constituyen el pan de cada día en el denominado canódromo
de Los Girasoles.
Miles
de motocicletas y vehículos permanecen apiñados, sin ningún tipo de
organización, desde hace más de 12 años.
Motocicletas
y vehículos apiñados en El Canódromo, bajo la administración de la Digesett.
Robos
Cuando
un conductor es notificado de que su vehículo sería llevado al canódromo, la
reacción que muestra es colocarse las manos en la cabeza como una demostración
de una desgracia.
Y
no es para menos. Lleven a raudales las denuncias sobre robos de baterías,
espejos retrovisores, micas otros accesorios a los vehículos retenidos.
Al
final cuando el propietario logra retirar el vehículo, los agentes de la
Digesset le toman una foto para ficharlo como cualquier vulgar delincuente.
0 Comentarios